viernes, 16 de mayo de 2008

O emperador

Carlos V pasea a cabalo de noite polo Museo, parándose tan só a saudar a figuras como as Tres Grazas de Rubens, a Eva de Durero, a Atalanta de Guido Reni, a Dánae de Tiziano ou as fillas de Lot de Francesco Furini. E para finalmente ante “O triunfo da morte”, de Brueghel, obra na que se interna. Quizás o todopoderoso Carlos V pretendía loitar frente a frente coa Morte, á que chamou, mais ninguén respostou. Finalmente, o emperador regresa pensativo ao seu marco.

“O emperador Carlos V, a cabalo, na batalla de Mühlberg”, de Tiziano.
“O triunfo da Morte”, de Brueghel o Vello.
Consulta un vídeo sobre a obra de Tiziano.
Consulta unha presentación videográfica da obra de Brueghel.

ACTIVIDADES:

- O retrato de Carlos V a cabalo pódese entender mellor a partir da narración que fai Luis de Ávila y Zúñiga do acontecemento que se quere expresar no cadro. Le atentamente o fragmento e entresaca aquelas ideas que pode querer resaltar o artista:

Luego el Emperador y el rey de romanos con sus escuadrones llegaron a la ribera. Iba el Emperador en un caballo español castaño oscuro, el cual le había presentado mosiur de Ri, caballero del orden del Tuson, y su primer camarero; llevaba un caparazón de terciopelo carmesí con franjas de oro, y unas armas blancas y doradas, y no llevaba sobre ellas otra cosa sino la banda muy ancha de tafetán carmesí listada de oro, y un morrion tudesco, y una media hasta, casi venablo, en las manos. Fue como la que escriben de Julio César cuando pasó el Rubicón, y dijo aquellas palabras tan señaladas; y sin duda ninguna cosa más al propio se podía representar a los ojos de los que allí estábamos, porque allí vimos a César que pasaba un río, él armado y con ejército armado, y que de la otra parte no había que tratar sino de vencer, y que el pasar el río había de ser con esta determinación y con esta esperanza; y así, con la una y con la otra el Emperador se metió al agua... Esta batalla ganó el Emperador a 24 de abril de 1547 años, un día después de San Jorge y víspera de San Marco, habiendo doce días que partió de Eguer. Comenzóse sobre el río Albis a las once horas del día; acabóse a las siete de la tarde, habiendo combatido sobre el vado y ganándole al enemigo, y seguídole tres leguas, como está dicho, combatiéndole siempre hasta llegar donde con su sola caballería le prendió, rompiendo su infantería y caballería con tanto ánimo y buena industria, que se puede decir por él, como se dijo por Scipion Emiliano: Ille sapit solus, volitant alii velut umbrae. Esta victoria tan grande el Emperador la atribuyó a Dios, como cosa dada por su mano; y así, dijo aquellas tres palabras de César, trocando la tercera como un príncipe cristiano debe hacer, reconociendo el bien que Dios le hace: “Vine y vi, y Dios venció”. Pareció bien a todos la moderación de ánimo que el Emperador usó con el duque de Sajonia, porque otro vencedor pudiera ser que, contra quien le hubiera ofendido como este le ofendió, no templara su ira como el Emperador lo hizo, la cual es más dificultosa de vencer algunas veces que el enemigo.”

LUIS DE ÁVILA Y ZÚÑIGA

- Ollando o vídeo, comenta cales son as personaxes máis características da obra de Brueghel.

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